-Nadie, no eres nadie
-¿En serio?
-Sí
-¿Y como lo sabes?
-No eres capaz de mirar a la cara a la muerte. Huiste como un cobarde. Y para mí, los cobardes no son nadie.
-Soy un cobarde con dinero, Wilson. Te acordarás de esta.
-Quizás -sonrió-. Quizás.
Le dio la espalda y se marchó andando tranquilamente, dejando trás de sí a Nadie desangrandose en el suelo.
Sé que no tengo perdón, pero... he aquí mi primera entrada tras un año de sequía. Y tengo la firme intención de continuar con el blog. O al menos lo intentaré. :)
ResponderEliminarVaya, me ha sorprendido ver que sigues escribiendo en el blog. Me había hecho seguidora para no olvidarme del link y poder terminar de leer alguna de tus historias. Pero en serio, me gusta mucho cómo escribes. Gracias por volver :)
ResponderEliminarPiratas, me gustan :)
ResponderEliminarApenas pude leer dos de tus historias cuando te fuiste. Ha sido una sorpresa, desde luego :)