Ayer entré en su habitación.
Y olía a tristeza.
Las persianas bajadas,
las ventanas cerradas,
la cama hecha,
el armario ordenado.
No había ni rastro de ella,
de su sonrisa,
de su perfume.
Las paredes vacías,
pintadas de un blanco antinatural
(antinatural para ella),
las libros perfectamente colocados en las estanterías.
Ya no era su habitación.
Y, sin embargo, allí seguía.
La foto. Mi foto. Nuestra foto.
Una foto que la furia limpiadora
de una madre desesperada
no había logrado retirar.
Su foto presidía la tristeza.
Esa sonrisa helaba el ambiente.
La chispa de sus ojos hacía estremecer.
Inspiré hondo y bajé la vista.
Olía a tristeza.
Olores como el de la canela, el orégano o la menta, son muchos más agradables que el de la tristeza.
ResponderEliminarHaz lo que puedas y lo que esté en tu mano.
Habías vuelto y yo sin darme cuenta!! Bueno, bienvenida y espero no molestarte a pedirte un favor.
ResponderEliminarEstreno blog y necesito que me ayudes a elegir nombre para los 3 personajes principales. El blog es: http://lasirenepatiente.blogspot.com/
Gracias!!
Me ENCANTA el blog!!!
ResponderEliminarTienes que seguir escribiendo :D