lunes, 30 de abril de 2012

Desengaños

Hoy no soy más que una niña
a quien la vida ha mostrado su peor cara.
La vanidad, la ilusión del primer amor,
se desvanecen ante mis ojos,
fruto del desengaño
(un desengaño autoinducido).
Quien no se sabe capaz de amar,
quien no busca ser amado
no conoce el dolor de mi rechazo.
Un rechazo sutil, intuido,
que rompe todos los sueños e ilusiones.
Le amé y le soñé y le volví a amar.
me convencí a mí misma
de que él sería capaz de amarme.
Y aquí estoy, buscando una manera
de afrontar su indiferencia,
su frialdad,
con mi poesía.
Le amé, le amo, y le amaré para siempre.
Pero quizás ya es hora de olvidarle.