Este junio ha terminado una etapa muy importante de mi vida. Bueno, supongo que la de todos... Este año he terminado la ESO y es como si... como si no quisiera... Tengo todos los libros de este año aún en la estantería, sin atreverme a guardarlos. Es demasiado...
Siento como si al hacerlo desaparecieran estos cuatro años llenos de... no tengo ni idea de que estaban llenos (que alguien lo diga si se le ocurre), pero ir descubriéndonos los unos a los otros, madurando con las idioteces que nos hacen tan especiales es algo que jamáshubiera pensado que pasaría cuando hace cuatro años entré al instituto. Qué demonios. Muchas veces pienso que habría sido de mi vida, de mi misma, si me hubiera quedado en Cartagena, si al final me hubiera quedado en el Vicente Medina, si ese 14 de septiembre, cuando anunciaban los alumnos pertenecientes a 1ºBI no me hubiera acercado a Elena porque era la única a la que conocía y estaba tan sola como yo en medio del patio (que triste nuestra vida...).
Supongo que ese momento, junto a un trabajo que nunca olvidaré en el cual tuvimos que recortar 50 estrellitas para que comprendieran la bandera de EEUU, han marcado mi existencia en el instituto. Como dice mi querídisimo ex-amigo, somos únicos, irrepetibles, inconfundibles, irreverentes (vale, esta me la he inventado yo) y otras muchas cosas que nos hacen especiales y que hacen que nuestra amistad no se pierda nunca.
Espero que este largo adios mío a los indescriptibles años de Educación Secundaria Obligatoria se transforme en un hola a los estupendos y venideros años del Bachillerato.
Termino con un hecho insólito: en todo lo que he tardado en escribir esta entrada no he tenido que cambiar una sola vez la canción del itunes. ¡MILAGRO!
Chicos gracias por haberme dado cuatro años mágicos, en especial este último, que ha sido especial.
Os quiero!!! Elena, Juan Felipe, Guadalupe, Diana, Oto, Eli, Vero... Y todos los que no me da tiempo a poner!!;-)