domingo, 15 de noviembre de 2009

Palabras vacías

-Llora. Sonríe. Canta. ¡Cállate!¿No eres capaz de obedecer?
Le miró, con lágrimas en los ojos.
-Ten piedad...-súplicó.
-¿Piedad? ¿Por qué no me pides que te haga la reina de Inglaterra?
-No me hagas esto...
-¿El qué? ¿Querrías que te besara, que te abrazara, que te consolara con amor?
-Prometiste que me amarías para siempre.
-No especifiqué que clase de amor sería, querida. Te amo... A mi manera.

Se quedó mirándola, mientras se preguntaba cómo sería llorar.



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